domingo, 19 de febrero de 2012

Sobre una información falsa contra España

SI SUPIÉRAMOS, CORRERÍAMOS
Hay un dicho privado entre los pilotos de vuelo que dice que "si los pasajeros supieran de qué depende que no se caiga su avión, ya nunca se quejarían de que coger el tren es más lento". Hay otra máxima entre las grandes multinacionales de comida rápida: "Si los clientes supieran con qué hacemos lo que nosotros llamamos hamburguesas, quedarían escandalizados y se pedirían mejor una hamburguesa". Pues bien, si los europeos de provincias supiésemos cómo funciona la Unión Europea, pediríamos el ingreso en los Estados Federados de la Micronesia, con la esperanza de terminar como el capitán Cook, en una olla para caníbales. La Unión Europea es una cosa muy lejana, y la distancia, lo decía el emperador Tiberio cuando dejó Roma y se fue a cometer pederastia a Capri, hace que el pueblo te añore más, por la ausencia. Pero sobre todo lo que permite la distancia con la UE es que no nos enteremos de nada. Antes de ayer, la que dicen seria agencia alemana Reuters sacaba una información citando tres altos cargos de la UE "que desean permanecer en el anonimato", los cuales supuestamente denunciaban que España había inflado su déficit de 2011 para que el de 2012, por comparación, pareciese mejor. El periodismo está tan mal que las prestigiosas agencias ya no dan aburridas informaciones sino amenos rumores. Nada de extraño que los medios algo menos prestigiosos regalen "croissants" los domingos: siempre alimentará más la pastelería que las frases con relleno de viento. Lo extraordinario es el itinerario seguido por ese rumor "de agencia", inspirado por tres espectros sin nombre y apellidos. De inmediato los grandes periódicos españoles recogieron ese relleno de viento, como quien absorbe enterito un pedo. La ventaja es que no tenían por qué tomarse la molestia de contrastar lo publicado, ya que no se puede contrastar lo que no puede ser sometido a la luz: lo anónimo. "El rumor es la antesala de la noticia", decía Umbral, pero era más exacto cuando aseguraba que "la calumnia es una noticia en potencia". La inmaterialidad de un simple chisme deviene noticia de portada, mantenido, muy jaque, incluso cuando hacía horas que la propia UE lo había "desmentido categóricamente", pero tan estúpido asunto acaba de forma por entero material: en la pérdida de miles de millones de euros por el "descenso de credibilidad" de España. Un pedo emitido en la "mitteleuropa" deviene en la quiebra económica de un país periférico. Basta que un funcionario de la UE escuche una mañana lo que dice su portera para que envía esa gran revelación por valija interna y hunda al continente. Lo que llamamos "Europa" es un sofisticado entramado poblado de graves burócratas con enormes maletines que sólo contienen una pequeña servilleta, en la que han apuntado la receta para arreglar el mundo que han oído en la peluquería. ¿Han visto la película "Quemar después de leer", de los hermanos Coen? La realidad siempre es más absurda que el arte. Si los europeos supiéramos en qué manos estamos, o en qué muñones, pediríamos la vuelta de aquél sentido de la medida que tenía Stalin.

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